¿Cómo me visto para un taller donde tengo que estar desnuda?
Hace poco más de una semana tuve la oportunidad de asistir a un taller de masturbación con la Doctora Betty Dodson a quien admiro profundamente por su amplia experiencia en el área de la sexualidad ayudando a mujeres a empoderarse de sus cuerpos y sus vidas a través de la masturbación.Desde que comencé a seguirla mi vida ha dado un cambio drástico, no solo en el área sexual, también en mi autoestima y mi auto consciencia.
El día del taller desperté pensando ¿cómo me visto para un taller donde tengo que estar desnuda? suena extraño pensar en qué vestir cuando voy a pasar los siguientes dos días en una habitación llena de mujeres desnudas hablando de mi cuerpo y mis orgasmos, pero quería estar preparada. Me acicalé desde mi cabello y mis uñas, mi piel y mi vulva hasta la ropa interior que usaría y el atuendo que solo vestiría al llegar y al irme. Este taller significaba para mi muchas cosas importantes personal y profesionalmente, era la culminación del primer capítulo de mi nueva, placentera, erótica y satisfactoria vida.
Me encontraba sumamente nerviosa, insegura sobre mi cuerpo, la celulitis, los vellos en mi vulva, en mis piernas, en mis axilas. Sabía que habría un momento en que mostraríamos todas nuestras vulvas y estas serían observadas a profundidad, estaba asustada, emocionada.
Al llegar compartí el elevador con otras dos mujeres hermosas, aunque sabía que íbamos al mismo lugar, no pude externar una sola palabra. De pronto Carlin, la co facilitadora, abrió la puerta completamente desnuda y con una sonrisa reconfortante. No había nada que decir, pensar o hacer, simplemente comencé a desvestirme, era como si mi ropa estorbara entre nosotras. Pasé a la habitación principal del departamento de Betty, me senté en el cÍrculo, en una toalla dispuesta especialmente para mi sobre el piso alfombrado y comencé a observar todas aquellas sonrisas nerviosas que me daban la bienvenida haciéndome imposible enfocarme en su desnudez. El día transcurrió y de pronto me sentía mas a gusto con mi cuerpo que nunca, me sentía sumamente libre. No se trata de desnudez ni de sexo, se trata de ser yo misma sin barreras. Betty es como una chamana que comparte su conocimiento y sabiduría, me pareció increíble como era evidente que cada una de nosotras intentaba absorber todo lo que pudiera escuchando con atención.
No pude evitar observar con atención la escena de estas mujeres reuniéndose tan a gusto en su propia piel. Todas son tan hermosas y deseé que todas las mujeres tuvieran la oportunidad de vivir una experiencia como esta. No hay palabras para describirlo, es simplemente aceptación, amor, sororidad.
Mientras mostraba mi vulva a todas y la observaba con atención bajo una luz intensa y un espejo, todas comenzaron a hacer comentarios hermosos, graciosos, y de pronto, comencé a enamorarme de mi vulva, fue un ritual de bautizo donde analice mi relación con mis genitales, mi vulva, mi joya, mi perla. La vi como nunca antes y me encantó.
Al terminar nos vestimos y se sintió muy raro, la ropa nunca se había visto tan extraña para mi y no podía entender por qué vivimos escondiendo bajo la ropa tanta belleza. Después de la primera sesión fuimos todas a cenar y no podía dejar de pensar lo agradecida que estaba con la vida por cruzar mi camino con estas hermosas y sabias mujeres. En menos de 24hrs aprendí tanto de la sororidad, de mi cuerpo, de mi ser mujer, de mi profesión y mi pasión por la educación sobre sexualidad y las admiré a cada una de ellas.
Llegó el segundo día del taller y ahora ya no me importaba que vestiría solo quería vestir una gran sonrisa y mi piel. la ropa se sentía tan pesada sobre mi, me sofocaba. Iba retrasada, toque la puerta y dos hermosas mujeres desnudas abrieron en menos de un minuto me encontraba desnuda de nuevo y rodeada de pura belleza. Este día era el reto mayor, en este día nos masturbaríamos todas, no pensé que lograría tener un orgasmo, últimamente me ha costado mucho trabajo, mis técnicas usuales ya no funcionan, pero valía la pena intentarlo. Betty comenzó enseñándonos a través de Carlin como hacerlo, como usar su “barbell” una herramienta sexual que diseñó para practicar la penetración y ejercitar el músculo PC, cómo usar el vibrador. Estaba tan concentrada, tan seria, realmente quería transmitir su conocimiento, era una verdadera clase, entendí que yo estaba siendo parte de su legado y tenia que aprenderlo, vivirlo y transmitirlo a otras mujeres.
Llegó el momento de masturbarme, tomar el vibrador y acercarlo a mi clítoris y ¡OH se sintió tan bien!, quizá fue la hermosa vista que tenia frente a mi de estas mujeres y sus cuerpos, quizá es que estaba super consciente de mi cuerpo por todo lo que habíamos estado trabajando, pero se sentía mucho mejor que otras ocasiones en que había usado un vibrador. los ejercicios comenzaron y de pronto sentí un orgasmo a punto de explotar en mi pero no, no quise dejarlo fluir, me parecía demasiado pronto, todas estaban tan enfocadas, me apenaba ser la primera; sin querer simplemente ya no puedo parar, ya no estoy pensando, de vez en cuando abro mis ojos y veo a alguien teniendo un orgasmo, y luego otro mas para mi. En un momento compartí un orgasmo con Betty, experiencia que llevaré en mi corazón y vulva hasta mi ultimo día, pues ¡compartí mi orgasmo con una leyenda! Todas nos animábamos y celebrábamos nuestros orgasmos, mientras estaba teniendo un orgasmo Betty me gritó 'you slut!' y no pude aguantar la risa. Me reía mientras tenia un orgasmo, nada podía superarlo.
Finalizamos con un masaje grupa, lo cual me pareció un momento sumamente espiritual. Sentir otros cuerpos entre mis manos, sus calores, fríos, pieles, tatuajes entre mis dedos, pies entre mis manos, pechos, de una manera que nada tenia que ver con algo sexual. La tensión sexual se había liberado durante nuestros orgasmos, ahora era solo amar y venerar nuestros cuerpos. Agradezco las caricias de sus manos sobre mi cuerpo. Betty me pidió le entregara mi cabeza, que me dejara llevar mientras ella la masajeaba y nunca olvidaré cuando abrí los ojos y todas las miradas traviesas riendo sobre mi, jugando con sus manos y haciendo me reír.
De verdad deseo que cada mujer tenga la oportunidad de vivir esto, sé por experiencia propia que suena amenazante, pero al final resultó ser algo tan natural. Con razón hay personas que están todo el tiempo estresadas, preocupadas, inseguras, porque mantenerse en una pose falsa para sobrellevar el día a día, escondiendo nuestros cuerpos, deseos y placeres donde la sexualidad es algo que solo se permite a puerta cerrada es tan difícil, como vestir una armadura en nuestras mentes y nuestros cuerpos.
Me enamore de mi misma y agradezco a cada mujer en esa habitación por ser los espejos de mi alma.
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