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Vulvas felices - Bodysex


Podría pensarse que una se acostumbra a masturbarse en grupo acompañada de otras mujeres después de 7 años siendo parte de Bodysex y casi 5 años de facilitarlo regularmente, pero no.

Cada vez se pone mejor, cuando pienso que he descubierto justo lo que necesitaba para desatar mi placer sexual, que he sanado justo lo que necesitaba sanar, una puerta mas se abre y un nuevo logro se desbloquea.

Este último Bodysex que facilité en Noviembre fue claramente la evidencia de que cada vez se pone mejor. Las mujeres que participaron eran exactamente las que tenían que estar. Parecía que nos conocíamos de mucho tiempo antes. Mi parte favorita siempre serán los primeros 5 minutos, cuando llegan con todas las dudas, miedos y voluntades en sus ojos y yo completamente desnuda abro la puerta y les doy un abrazo muy apretadito. Sin saberlo ellas, les estoy doy la bienvenida a una nueva etapa de su vida, porque sé, por experiencia propia, que después de Bodysex la vida ya no es la misma.

Cada grupo tiene una esencia única, y ellas…ellas estaban llenas de vida, llenas de ganas de explorar y descubrir. Lo veía en sus ojos, sabían en lo más profundo de sí mismas que hay mucho más en esta vida para ellas de lo que les dijeron, sabían en sus entrañas y sentían en su piel que su camino era el placer, aunque no tuvieran las palabras para expresarlo.

Iniciamos como todo Bodysex, hablando de nuestros cuerpos y nuestros orgasmos. ¿Cómo no conectar con alguien más cuando nos permitimos escuchar sus historias y contar la nuestra? Entre risas, llanto, miedos, recuerdos y motivaciones nos fuimos convirtiendo en hermanas.

Hay unos cuantos momentos que son sutiles y poderosos que le dan sentido a esta experiencia par mí. Es difícil describirlos porque están en el cuerpo y la mirada de ellas, son momentos clave, puntos de inflexión donde sé que de pronto todo ha cambiado en la vida de estas mujeres. Son sus cuerpos que se transforman justo frente a mis ojos. Un segundo las veo y al que sigue son completamente otras casi no las reconozco. Su mirada resplandece de sabiduría; saberse completas, saberse correctas, entender que la historia que les fue contada sobre ellas mismas no era cierta porque solo ellas pueden escribir su historia.

Llegó el momento de observar nuestras vulvas y entonces todo se consolidó, nuestra conexión con una misma y con las demás se hizo tangible. Sentadas piel con piel, las fui acompañando a descubrirse a sí mismas y entender que la historia que guardaban en sus cuerpos podía ser de placer y no de miedo, vergüenza o culpa. Observar nuestras vulvas es sin duda el momento cúspide de Bodysex, aceptar la belleza de nuestros cuerpos desde esa primera parte que nos fue vedada para expropiarnos el placer, es la revolución.

Nos recordábamos una y otra vez: Lo normal es lo diferente. No hay dos hojas de un mismo árbol iguales, no hay dos flores iguales sobre la faz de la tierra. La naturaleza nos manda el mensaje una y otra vez, lo diverso es lo natural. La belleza se manifiesta en la pluralidad y la complejidad de nuestros cuerpos.

Bodysex es el espacio que nos permite no solo entender esto, sino acuerparlo. ¿cuántas veces nos hemos repetido el discurso en nuestras cabezas de que somos hermosas, lo valemos todo, esta bien tener sexo pero sobretodo disfrutarlo, o que no solo podemos desear sino además merecemos sentir placer?, pero al final hay algo que no conecta esas ideas a las sensaciones. Se sigue sintiendo un vacío entre lo que pienso y lo que siento porque por más que lo sepa a veces no me siento invencible. Aquí es donde todo cambia, de pronto nos vemos como mujeres completas, sin máscaras, sin filtros, sin poses. Ahora estamos todas juntas en este camino de aceptación y amor a una misma.

El segundo día después de entender el funcionamiento de nuestros orgasmos nos dispusimos a masturbarnos, fue por mucho, un receso erótico especial. Es difícil explicar cómo cuando llegamos a este punto, la atmósfera no es sexual, no es un juego sexual el masturbarnos acompañadas, es toda una celebración de placer. El placer de estar cien por ciento presente en una misma. Mientras respirábamos al unísono comenzaron a llegar los orgasmos, las risas y el llanto. Así es, soltar para permitirse conectar con nuestros orgasmos requiere soltarlo todo, liberar todo lo contenido, permitirnos gemir y gritar para ser escuchadas porque durante mucho tiempo nos han dicho que nuestra voz no cuenta, que calladitas nos vemos mas bonitas. Liberar para conectar con nuestros orgasmos implica soltar las historias que nos contaron de nosotras misma, llorar y llorar hasta que de pronto no haya más que llorar; sentir, respirar, reí…y eso hicimos.

Mientras los vibradores llenaban la habitación de sonido una de ellas contaba chistes, otra gemía, otra respiraba profundamente, otra lloraba, otra se entregaba al silencio y las olas de placer se movían de una a otra sin un fin próximo. Después de un buen rato descansamos, compartimos reflexiones y en grupo decidimos ir por una segunda ronda, ahora probando algunos de mis vibradores que puse a su disposición para que conocieran nuevos y diferentes modelos y así decidan qué es lo que más les conviene. Para sorpresa de nadie, mi magic wand (mi vibrador favorito) fue el éxito de la tarde. Lo probaba una tras otras y entre risas se invitaban a intentarlo, era tanta la alegría y el placer que estábamos encarnando que queríamos que todas lo sintieran. Para mí, ese es el poder del placer. Cuando estas completamente en ti, disfrutando de todo el placer que eres capaz de crear, no quieres más que extenderlo, expandirlo, compartirlo y llevarlo a todas las personas que te rodean.

Cansadas de reír, llorar y masturbarnos, pasamos a masajear nuestros cuerpos y mientras las veía amarse la una a otra con tanta compasión, no pude evitar cuestionarme ¿qué tenemos en común estas mujeres que en otras circunstancias de la vida quizá nunca nos hubieras encontrado? Pero sobre todo, quizá no nos hubiéramos dado la oportunidad de escucharnos y compartir historias? ¡De tanto que me hubiera perdido! Y vino a mi una frase de una película:

"Quizás la única diferencia entre mí y otras personas es que siempre he demandado más del atardecer. Colores más espectaculares cuando el sol golpea el horizonte.”

Este Bodysex reunió a mujeres que quieren más, mucho más de lo que les han dicho que merecen o que son capaces y hoy saben que eso que buscan es el placer que habita en sus cuerpos y se reconocen como las creadoras de su propio placer, de su propia historia.

Gracias mis vulvas felices,

Lola

Bunny

Gloria

Cami

Concha

Alcatraz

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