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Bodysex: el orgasmo requiere soltar el control


Me ha tomado casi cinco meses sentarme a escribir sobre mi experiencia en el último Bodysex. Para muchas personas este taller puede resumirse en un taller de masturbación sin embargo es mucho más. Es tanto que, prepararme emocional, psicológica y físicamente para facilitarlo toma tiempo, del mismo modo aterrizar la experiencia (y la sacudida que siempre me llevo) es un largo proceso.

El pasado Octubre, iniciaba Bodysex y ahí estábamos nueve mujeres desnudas listas para vivir un fin de semana de reconexión consigo mismas. Desde el primer momento la habitación se sentía plagada de emociones encontradas, rostros y cuerpos expectantes. El grupo se sentía ya polarizado, mujeres dispuestas a compartir y entregarse, mientras otras reservaban sus reflexiones para si. Entrega y resistencia. Era la batalla campal entre el cuerpo y la mente que vivimos todos los días representada en este círculo de mujeres desnudas. Me inquieté. Y hoy entiendo que la sensación que se apoderó de mi me confrontó con una vida llena de contradicciones implantadas en mi cuerpo entre el deseo y la represión. ¿cuál sería mi rol este fin de semana? ¿cómo lograr que estas fuerzas polarizadas encontraran su equilibrio? Y sin advertirlo mis expectativas y necesidad de control se instalaron para acompañarme. Porque por algún motivo que seguro fue enseñado ya desde hace mucho tiempo en mi historia, me dijeron que el equilibrio era importante. No se puede tener demasiado de algo, ni mucho placer ni mucho dolor, ni mucha alegría ni mucha tristeza. A alguien se le olvidó que soy humana y no una máquina cuidadosamente aceitada que cada equis meses tiene que pasar por verificación, alineación y balanceo.

Uno de los temas que más abordo cuando comparto con mujeres en este trabajo dedicado al placer sexual es que el orgasmo depende completamente de soltar el control. Un orgasmo no puede suceder en un ambiente lleno de expectativas, ni en un cuerpo contenido. Hay que soltar y soltar mucho: la historia, las ideas, las reglas, las expectativas, las necesidades, el ego, al otro. Las mujeres como género, tendemos al control, sobretodo de nuestra sexualidad. Son premisas como: ‘calladita te ves más bonita’ ‘el hombre llega hasta donde la mujer quiere’ que nos avisan que no debemos ser demasiado, al contrario, la insuficiencia es deseable. Entre más insuficiente te sientas es mejor, una virtud, una muestra de modestia. Así es imposible que el placer fluya, el placer es un proceso dinámico, constantemente cambiante que se reformula a sí mismo en el marco de un contexto, situación, cuerpo, época e historia específicos. El placer no sucede en el control.

Así, mientras avanzaba el círculo me notaba impaciente conmigo misma, exigiéndome para dar más de mi, sobre observando mis palabras, ¿debí decirlo diferente? ¿debí decir algo más? ¿debí callar? Confío en que no tenga que volver a explicarles lo importante que es soltar el ‘deber ser’ para conectar con el disfrute.

Fue en el momento en que observábamos nuestras vulvas que el placer hizo click conmigo. Fue en la mirada de ellas que redescubrí por qué estaba ahí. Mientras sentadas una junto a la otra nos veíamos a los ojos y juntas observábamos su vulva, fue que con el brillo de sus ojos, la sorpresa, el miedo, la emoción, y la ternura que emanaban, me permití soltar las expectativas y elegir la experiencia que quería vivir. Podía enfocarme en los ’hubiera’: ¿cómo todo podía ser mejor? ‘si tan solo…’ o podía enfocarme en compartir con estas grandes mujeres, sin expectativas, solo compartir una charla sobre la sexología en México, una clase de grafología personalizada a las 2am, un abrazo en la cocina mientras estábamos desnudas con los ojos llenos de lágrimas enmarcando una sonrisa, una lectura en voz alta sobre nuestros cuerpos menstruantes y las historias que cargan, el aprendizaje sobre las desigualdades de género en el cine, conocer a las personas que tocan la vida de estas compañeras a través de sus anécdotas, en fin.

Quisiera decir que este fue el momento en que solté, dejé ir y de pronto todo fue mejor pero la verdad es que el placer y el orgasmo no funcionan así. No hay una clase sobre orgasmos donde te gradúas y de pronto, al haber logrado el climax todo en la vida mejora. Pensar y ofrecer esto es una forma más de mercantilizar nuestros cuerpos a través de la venta de una formula mágica del placer. Si bien descubrir la autonomía que acompaña al orgasmo autogestivo y compartir nuestros orgasmos en un taller con otras mujeres es una experiencia única y reveladora, es tan solo un paso más en el camino del placer. Es necesario que dejemos de reducir al orgasmo y a la masturbación a una autoexploración, o a comprarte ‘el mejor’ vibrador y lencería. El placer y el orgasmo son siempre diferentes, en constante cambio porque es la forma en que nos comunicamos con nosotras mismas, un dialogo íntimo que refleja las muchas variaciones por las que pasamos en nuestras vidas. No llegamos a un momento critico de cambio, de inflexión donde de pronto todo mejora, nos graduamos en la vida y ya no tenemos nada de preocuparnos.

Abrirme al placer para mi fue un momento de conciencia donde comenzó el esfuerzo constante de resistir a lo negativo y enfocarme en lo positivo, resistir a mis demandas a mis expectativas, observarlas y reflexionar qué hacían ahí y cómo centrarme en lo que sí estaba ganando, en lo que sí estaba sucediendo. Abrazarme a mi placer sucede cuando tomo conciencia y me volvía a encontrar siendo impaciente conmigo misma, queriendo dar mucho mas de mi y darme cuenta que ahí es donde estaba acomodada mi pasión por este trabajo, queriendo darlo todo, queriendo dar más, olvidando que soy suficiente. Y es cuando me permitía sentirme suficiente que reconectaba con las sonrisas, las miradas, los cuerpos que iniciaron encorvados y cubiertos y ahora ya estaban abiertos y cómodos. Eran esos momentos en que me permitía ser y descansar de mis exigencias que el placer me llenaba. Fue en ellas que recordé por que estoy aquí, compartir mi camino en el mundo de la masturbación no solo es para lograr orgasmos, es para regresar a mi, para aceptarme, amarme.

Durante el receso erótico, mientras cada una estaba entregada al placer de sus orgasmos y escuchaba las armonías que se construían al fusionarse los orgasmos, los gemidos y el vibrar de los juguetes, es que entendí lo que mis orgasmos me decían. Es increíble cómo el orgasmo se convierte en la metáfora de nuestras vidas. Tanto tiempo que pasé siendo demandante con mis orgasmos, viviéndolos en el hubiera, en el como deberían ser, impaciente por llegar a ellos, impaciente por el resultado y por lo que yo debería estar haciendo, elegir ver todo lo que no logré, exigirme en lugar de permitirme.

Este Bodysex me recordó lo necesario que es ser paciente conmigo misma, que el placer siempre está ahí justo frente a mi, aunque a veces parezca que está tomando más tiempo del necesario, puedo abrirme, exponerme, permitirme ser vulnerable, soltar, entregarme, atreverme y sobretodo que siempre estarán mujeres poderosas a mi lado con quienes a través de su mirada de complicidad, su ternura, su valentía y experiencias compartidas me recordarán lo hermoso que es amarse a sí misma en sororidad.

Gracias,

Luna

Nymeria

Fina

Cielo

Felina

Esencia

Miau

Ren

El siguiente Bodysex se llevará a cabo el 6 y 7 de Abril 2019 en la Ciudad de México. Si quieres participar envíame correo a fa.trejop@gmail.com

Mis redes:

Facebook: @PlacerSexPositiva

Instagram: @fabsex_mx

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