No uses de pretexto al erotismo

Al escuchar este revoltijo de debate me saca de onda cómo utilizan al erotismo como un pretexto para avalar comportamientos de violencia. Una vez más el erotismo, el placer y la visión positiva de la sexualidad de la mujer no están en el centro, están muy muy lejos, allá por donde casi no se les ve. De repente jalan la palabra erotismo para mostrarse un poco progres, pero de nada sirve. Se intenta defender lo indefendible. Hay algunas menciones que me alertaron un poco, por ejemplo:
“La seducción insistente, o torpe, no es delito” Lamentablemente. No que la solución a esas problemáticas estuviera en el criminalizar el acto, lo que me parece lamentable es que esta normalizada. La insistencia de una persona a expresar sus deseos eróticos hacia mi cuando de forma verbal o no verbal he rechazado o no he respondido a sus avances es una forma de anularme como persona y como mujer. Porque lo que yo quiero o no quiero no importa, tengo que entender que él lo quiere, tiene que quedar bien claro lo que él quiere, porque seguramente yo no se lo que quiero, es más porque las mujeres ni interesadas estamos en esas cosas hasta que los hombres nos las ponen enfrente . Si yo me quedo tiesa como tabla, eso no significa nada, ¿a quién le importa lo que yo piense? Si yo respondo negativamente, ¿a quien le importa si yo no quiero?, tengo que escuchar y entender lo que él quiere.
“La galantería no es machismo“. Sí, si lo es. Es que son “sus formas” entonces ahora vamos a abrir un debate infinito para categorizar cada acto, cada mirada, cada palabra, cada movimiento de cadera y cada rozón de penes en mi cuerpo cuando me subo al transporte público. Creemos una taxonomía de formas en que son permitidas abusar y atacar nuestros cuerpos, que los propietarios de mi cuerpo las revisen y evalúen cuales están dispuestos a aprobar como indeseadas e incomodas para mi. Una vez más, lo que yo quiero, deseo y disfruto no esta en cuestionamiento y ¿quién va a determinar las formas correctas? Una vez más, ¿los hombres? ¿Las mujeres en posiciones de poder que salen en la tele? Una vez más ¿me van a venir a decir a mí qué cosas debo sentir bien y agradecer y qué cosas no? porque si no lo hago como ellos me dicen escucharé una vez mas, “bájale, no tanto”.
Como le digo a mis alumnas: si se siente mal, esta mal. Al final tenemos que dudar de nosotras mismas, por que ¿qué va a saber la mujer de estas cosas? Hay muchas justificaciones que podremos encontrar mientras razonamos el acoso que nos acaba de suceder: ¿por qué a mi?, ¿y si en realidad no sucedió así?, igual y lo malinterpreté … pero al final, el sistema esta acomodado para que la conclusión de esta reflexiones que la culpa es mía porque debí reaccionar diferente, debí decirle que no de inicio, debí darme cuenta lo que él en realidad buscaba; debí, debí, debí, porque el no debió darse cuenta que me molestaba, porque el no debió estar pensando en lo que yo quería o no quería escuchar, porque el deseo es algo impulsivo, porque el sexo es animal y ellos cómo van a controlarse.
No es posible que en un debate “feminista” haya escuchado estos argumentos. No el sexo y la sexualidad no son impulsivos, no son incontrolables, no son animales. La sexualidad y el erotismo los construimos, les damos forma. Son hechos, comportamientos, palabras, pensamientos que llenamos de significados que agarramos de lo que vivimos, lo que escuchamos, lo que vemos. Podemos controlarlo y no, no desde el puritanismo que Lamas tanto señala. El control de nuestros deseos no es puritanismo, es apropiación de nuestra sexualidad, porque ésta siempre ha sido de otros, siempre es juzgada, evaluada, medida, aprobada por la mirada masculina. Y cuando yo digo sí o no, es porque me apropio de ella.
“A algunas mujeres les gusta que les digas que bonitas tetas”, ah bueno, entonces si a algunas mujeres les gusta, vayamos por la vida diciéndolo, puede que le atinemos a algunas y lo disfruten; a las que no, pues que me importa, seguro es una puritana. ¿Sabes? Hay a algunos hombres que les gusta que les metan el dedo en el ano (no que sea algo malo, al contrario es una práctica placentera y recomendada, pero hay algunos que la rechazan rotundamente por lo que significa para el cuestionamiento de su masculinidad), entonces permítanme ir por la calle metiendo dedos en el ano, porque hay a algunos que les gusta. ¿No te gusta mijo? No te pongas agresivo, no me violentes, no te pongas histérico ni puritano.
La bronca aquí es la doble moral (entre muchas otras cosas). Social y culturalmente se nos ha impuesto a las mujeres a anular por completo nuestros deseos y placeres sexuales. a ignorarlos y a regularlos, mientras que para ellos se les ha demanda la expresión y manifestación explicita de sus deseos, sin filtros, sin frenos. Porque nosotras somos la representación del control. Tenemos que decir que no de inicio porque de ese NO depende nuestra reputación, nuestro estatus y nuestro acceso a respeto, derechos e incluso nuestras vidas.
Para eso se han construido códigos de cortejo que dictan lo que una mujer y un hombre pueden o no pueden hacer para acceder a una interacción sexual. Conforme vayas descifrando los códigos vas abriendo los candados que te permiten entrar al otro nivel y acercarte cada vez más a lo que buscas, en contacto sexual.
Esto daña al final la forma en que establecemos relaciones sexuales y románticas porque de inicio se empieza con una tergiversación de mensajes e intenciones donde nuestros deseos no están en el centro, lo importante es entonces la supervivencia social, el qué dirán, el no ser expulsada de mi sistema, de mi comunidad. Ser una persona sexual me ganará el rechazo social, entonces escondámoslo en discursos, dobles mensajes y rituales donde vayamos a cenar y nos emborrachemos, así se nos olvida que la sociedad nos esta viendo y nos va a regañar. Así si se nos olvida quizá podamos ser nosotros mismos un ratito y disfrutar.
Hay que estar alertas que lo que nos de hueva sean los códigos por el hecho de cuestionarlos y no que el consenso de hueva. ¿Que hueva tener que estar preguntando? Como menciona Catalina, nuestro lenguaje es suficientemente sofisticado como para tener que estar preguntando todo a cada paso que das. Si bien se requiere consenso en toda actividad que compartirnos, este se manifiesta desde formas sutiles hasta formas muy explícitas. Si algo no te queda claro, PREGUNTA.
Lamas argumenta la sorpresa como necesaria para el disfrute. Hablemos un poquito del erotismo. El erotismo tiene que ver con el placer y con el disfrute de nuestros cuerpos y sensaciones. Para que el placer pueda fluir es cierto que se requiere salir de la rutina, porque lo que lo potencia es la novedad. No la sorpresa. La novedad. Sentir que algo es nuevo para ti, que no lo habías experimentado incrementa la intensidad con la que vives los estímulos.
No confundamos la novedad con la sorpresa, ni la sorpresa con con el asustar. cuando un apersona no se encuentra en el mismo canal psico erótico que tu, tus avances, tus palabras, tus comportamientos no la van a sorprender, la van a asustar. Si estas en una bailando una canción y de pronto tomas a tu pareja de baile y le da un giro, la persona se sorprenderá porque iniciaste un paso nuevo. Si de pronto estas sentados tomando un café y la persona con la que estas le das un giro de baile, la vas a sacar de onda.
Quizá por sorpresa quiso decir deseo, el deseo así como la novedad es importante para disfrutar. El robo de un beso se puede dar en un contexto de consenso, donde de formas verbales y no verbales ha quedado claro que todas las partes involucradas se desean y entonces el “robo del beso” sigue siendo inesperado, novedoso, pero no impuesto.
Otros aspectos que se requieren para disfrutar una interacción sexual es la confianza, no estoy entrando a un debate en torno al sexo con amor es mejor o no lo es. A lo que me refiero con la confianza es a saber que la persona con la que estoy me respeta, me escucha, y que existe una conexión donde ambos entendemos y hablamos el mismo lenguaje simbólico, un lenguaje erótico. Puede que ni siquiera sepa tu nombre, que te haya conocido por tinder o que llevemos juntos 30 años, pero me siento respetada.
Por otro lado esta la autoconfianza, el sentirme bien conmigo misma, el sentirme bajo control de la situación, es decir, saber que si en algún momento quiero algo más o ya no quiero nada, en ese momento sucederá lo que yo quiero que suceda y no habrán juicios, reclamaciones, humillaciones, chantajes o manipulaciones por haber cambiado de opinión.
Entonces no puedes poner al erotismo de pretexto en esta discusión, porque las acusaciones que se están haciendo no tiene que ver con el sexo, con una interacción o practica sexual en especifico, no tiene que ver con lo que se dijo ni lo que se hizo, las acusaciones y el acoso en general y en lo particular en nuestro país tiene que ver con el poder, con el abuso de poder en contextos muy específicos y donde la persona que tiene permitido manifestar su deseo eróticos es solo una de todos los involucrados en la interacción. Bajo estas circunstancias no pongas de pretexto al erotismo, el placer no va a poder desarrollarse en ese espacio.
Por supuesto que estoy de acuerdo con el uso del capital sexual como una herramienta de empoderamiento para las mujeres, pero ese es otro debate, que esta oscureciendo el problema central aquí que es el acoso.
Hace mucha falta que hablemos abiertamente de placer y el erotismo, en medios de comunicación y educativos. Sin embargo aunque me queda claro que el movimiento “me too” es un movimiento político mediático para satisfacer intereses específicos de Hollywood, me parece lamentable (aunque no extraño) que se esté trayendo a la conversación algo solo como una excusa. NO, el placer no es la justificación de estos actos, es el poder.
Si lo que pasa es que ya te aburren estos códigos y lo que quieres es más sorpresa en tu vida, revísate a ti, revisa lo que te gusta, lo que te da placer en tu vida, y se congruente contigo para proporcionarte esos placeres, no se los impongas a quienes te rodean ni te molestes por sus reacciones porque no entienden el erotismo, porque a tu parecer son “puritanos”.